Si tu hermano te ofende, ve y amonéstalo, tú y él a solas. Si te escucha has ganado a tu hermano.Si no te hace caso, hazte acompañar de uno o dos, para que el asunto se resuelva por dos o tres testigos.Si no les hace caso, informa a la comunidad.
¿Qué pena merece esta gente?
Pero a quien escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al fondo del mar.
MATEO c.18, 6